LOS NIÑOS Y LA ESCUELA: PROTOCOLOS


Dra Liliana Szabó (médica pediatra MN57156)

Febrero 2021

Los niños no deben usar barbijo en las escuelas ni en ningún otro lado por las siguientes razones:

1) HIPOXEMIA:

Está comprobado científicamente que el uso de barbijos mantiene baja la oxigenación en sangre. Esto lleva a la lentificación de todos los procesos metabólicos del cuerpo humano; disminuye la inmunidad natural llegando inclusive a la muerte celular, con el consiguiente riesgo de muerte neuronal. Un niño está en pleno proceso de crecimiento y reproducción celular por lo tanto necesita todo el oxígeno posible disponible para ello. Por otro lado, todo movimiento aumenta la demanda de oxígeno, de modo que el juego corporal y el ejercicio físico agravan la situación de hipoxemia al tener tapadas nariz y boca poniendo al niño en peligro de desmayos y en casos particulares convulsiones, crisis de broncoespasmo, ataques de pánico, etcétera.

2) FAVORECE LAS INFECCIONES ORALES Y RESPIRATORIAS:

La exhalación de saliva y gérmenes que son retenidos en la tela y vuelven a ser inhalados sin renovación adecuada del aire generan aumento de la carga viral y del número de bacterias en el aire inspirado con el aumento del riesgo de generar infecciones en boca, garganta, laringe, tráquea y pulmones. La humedad acumulada en la tela del tapabocas genera colonias de hongos (ej candidiasis) y bacterias varias que son inhaladas una y otra vez sin posibilidad de ser eliminadas a través de la libre respiración. De esta manera el barbijo se convierte en un elemento de contaminación que atenta contra la higiene sanitaria privando al niño o a cualquier persona que lo use de sus recursos respiratorios naturales de inmunidad (contrariamente a lo que se supone que debería ser)

3) GENERA DAÑO PSICOLÓGICO GRAVE:

Se ha demostrado perfectamente que tapar la boca y nariz a un individuo lo coloca en una situación de indefensión. Es por eso que en los procesos de dominación y tiranía se usa este recurso. Por otro lado, los torturadores y fuerzas de poder a lo largo de la historia se tapan la cara para generar temor. Los mismos delincuentes se tapan la cara para infundir temor además de no ser reconocidos. Para un niño no poder expresarse espontáneamente, no poder respirar libremente y no poder ver las expresiones de la cara de sus pares ni de su maestra constituye una agresión básica a su psiquis. Estos niños desarrollarán una actitud de sometimiento y temor ante el prójimo en lugar de desarrollar su propio Yo y personalidad para poder plantarse en un futuro en sus vidas como adultos seguros y saludables. El miedo es una herramienta de manipulación de las masas usada por las tiranías y genera mucho daño en el sistema inmunológico y psíquico. Paraliza al niño en lugar de estimularlo a resolver problemas y a enfrentar las circunstancias de la vida con inteligencia y serenidad. Educar a un niño en el temor es generar adultos débiles, sin posibilidad de razonar y sin ninguna chance de ejercer su verdadero poder interno para defenderse a sí mismo ante un atropello.

TODA REPRESIÓN DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN DE UN NIÑO ES UN ABUSO A SUS DERECHOS HUMANOS

4) LOS NIÑOS NO SE ENCUENTRAN ANTE NINGÚN RIESGO FRENTE A LA GRIPE ACTUAL.

O no se contagian fácilmente por carecer de receptores de membrana para el virus según su edad, o se inmunizan directamente o hacen cuadros muy leves que de ninguna manera justifican medidas drásticas. Por otro lado, ya se conocen tratamientos curativos de esta enfermedad actual por lo que no hay ningún motivo sanitario real para indicar restricciones del contacto e intercambio social, imprescindible para el desarrollo del niño en crecimiento. Además, queda perfectamente claro luego de un estudio realizado recientemente en China en 10 millones de personas que los asintomáticos no contagian (ya sea porque hicieron su inmunidad natural o porque no estaban realmente infectados ya que pueden tener hisopados falsos positivos). Por lo tanto el único cuidado y protocolo a realizar en las escuelas es asegurarse de concientizar a los padres para no enviar niños enfermos a la escuela, lo que es una premisa natural y lógica en cualquier caso, no solo en esta coyuntura actual.

5) LA INMUNIDAD SE ESTIMULA Y DESARROLLA A TRAVÉS DEL LIBRE INTERCAMBIO DE GÉRMENES.

Es sabido que los niños se enferman frecuentemente durante su etapa prescolar. Dejando de lado factores varios que puedan afectar la inmunidad en cada caso, este es un proceso completamente normal cuando se trata de cuadros de fácil resolución. Nuestro sistema inmune necesita ser estimulado en forma suave y continua para su desarrollo. Las pequeñas cantidades de virus y bacterias que intercambiamos a diario al hablar con otras personas nos permiten inmunizarnos contra los millones de virus y bacterias que existen en nuestro planeta. Si no fuera así, todos viviríamos constantemente enfermos. El hecho de impedir este intercambio natural de gérmenes a través del encierro, aislamiento y uso de barbijos genera un sistema inmunológico frágil y adormecido. Por lo tanto una persona que ha estado aislada de los demás será presa fácil de cualquier germen con el que se ponga en contacto, favoreciéndose así la enfermedad y no la salud.

En el caso particular de personas con alto riesgo por enfermedades pre existentes, ellas mismas tomarán los mismos recaudos que deberían tomar ante cualquier enfermedad contagiosa en su vida cotidiana. Son ellas las que deben protegerse de contagios sin afectar la vida normal de los niños.

Hasta ahora no se había planteado como problema el hecho de que en la mayoría de los establecimientos de enseñanza los niños comparten aulas mal ventiladas a veces con hasta 50 compañeros. Este hacinamiento no es favorable para ningún momento histórico. Es muy bueno que a causa de las circunstancias actuales esto mejore de aquí en más para garantizar al niño un lugar más saludable, con buena aireación en el que pueda concentrar su atención en aprender.

6) EL SER HUMANO ES BÁSICAMENTE UN SER SOCIAL. Por lo tanto necesita del contacto social cercano, del intercambio natural con pares y familia, de la natural seguridad imprescindible que le brinda al niño un contacto de afecto que le proporcione contención y lo haga sentirse suficientemente a salvo como para poder dedicarse simplemente a crecer y a madurar. El niño desarrolla su experiencia de vida en contacto con los otros (pares, familia, prójimo en general), en un intercambio constante de aprendizajes. Privarlo de todo esto a través de la imposición de un “aislamiento o distancia social”, constituye en sí misma un delito de lesa humanidad que ningún establecimiento que se considere “docente” podría autorizar.


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